El modelo AMI 65 es la solución ideal para la medición de oxígeno en gases no inflamables en un entorno de uso general. En un tamaño muy pequeño, y a un costo muy bajo, proporciona un paquete electrónico básico con una salida de voltaje de una sola gama (salida de corriente aislada opcional) junto con un sensor de óxido de circonio que tiene una vida útil prevista de diez años, sin prácticamente necesidad de calibración.
Los analizadores de oxígeno electroquímicos tradicionales tienen una estabilidad deficiente, requieren una calibración mensual y un reemplazo frecuente del sensor, y son sensibles tanto a los cambios de temperatura como a los cambios de presión barométrica. Su lectura puede cambiar hasta en un 10% cuando ocurre un cambio de clima. El modelo AMI 65 no sufre ninguno de estos problemas. Ha sido probado en un rango de temperatura de 0°F a 130°F.
Su sensor no se ve afectado por los cambios de caudal en el rango de 0,1 a 5 SCFH.
El modelo 65 está diseñado para integrarse en el sistema del usuario como un sensor de oxígeno independiente. En forma estándar, proporciona una salida de voltaje de 0-2.5V correspondiente a 0-25% de oxígeno, mientras que requiere sólo unos 3 vatios de potencia. Un microprocesador integrado controla el calentador de sensor y linealiza automáticamente la salida del sensor. Dado que el sensor no se está agotando, la unidad puede almacenarse indefinidamente en un estado de apagado sin preocuparse por los problemas de vida del sensor. En muchos casos puede utilizarse sin necesidad de calibración durante toda su vida útil. Dado que la unidad no depende del caudal, un sistema de muestreo simple es normalmente adecuado, o puede especificarse con una pantalla de difusión para aplicaciones ambientales.
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