Transformar los residuos en un valioso nutriente para el jardín o huerto es una experiencia educativa importante y emocionante, que lleva a las nuevas generaciones a conocer una nueva forma de ver los residuos urbanos y su gestión, como punto de partida para una nueva sensibilización y una renovada responsabilidad social.
Hablar del compostaje doméstico desde un punto de vista educativo es un deber y significa, en primer lugar, abordar la cuestión de los residuos urbanos producidos diariamente en el ámbito de los hogares.
Enseñar a los niños a respetar, cuidar y valorar el medio ambiente que les rodea es fundamental para crear unos adultos socialmente responsables, conscientes y con capacidad de elección. Su participación suele comportar un valor añadido: el contacto con las familias, a través del cual se logra también que los adultos poco sensibles a las cuestiones medioambientales cambien poco a poco sus hábitos.
La experiencia del compostaje como proceso biológico es rica en implicaciones didácticas y científicas, lo que confiere a los colegios un papel clave en el desarrollo de una conciencia colectiva.
El compostador didáctico es la herramienta perfecta para la educación sobre el compostaje: consta de un compostador de 200 litros que permite a los niños observar lo que ocurre en su interior y de una zona delimitada por 3/7 paneles para crear un huerto.
Se suministra con instrucciones de montaje y manuales ilustrados para el compostaje doméstico.