El pulido mecánico abarca el esmerilado, el pulido y el abrillantado, todos ellos procesos para mejorar las condiciones de la superficie de un producto con fines decorativos o funcionales. Las distintas técnicas son operaciones de abrasión, aunque puede producirse un cierto trabajo plástico de las superficies, especialmente durante el pulido.
El proceso consiste en realizar primero el esmerilado, después el pulido y en tercer lugar el abrillantado. En general, el esmerilado permite una acción de abrasión mucho más agresiva que el pulido. Del mismo modo, el pulido es una acción de abrasión mucho más agresiva que el pulido.
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