Una operación típica es tratar flujos de proceso de entre 25 000 y 300 000 Nm3/h que contienen niveles bajos de COV. Un rotoconcentrador es una rueda giratoria cargada con zeolita que adsorbe temporalmente COV en su matriz y los elimina del flujo de efluente para, a su vez, proporcionar un flujo rico en COV con un caudal mucho menor para su tratamiento por técnicas de oxidación tradicionales. Se trata de un sistema fácil de usar, muy eficaz para reducir las emisiones de COV, seguro y muy rentable en comparación con otras tecnologías como, por ejemplo, el filtrado de carbón activo.
Diseño y funcionamiento
La rueda giratoria presenta una estructura de nido de abeja formada por una matriz que contiene zeolitas. Las zeolitas son materiales aluminosilicatos microporosos que ofrecen una superficie muy amplia para la adsorción de COV. El rotoconcentrador gira con una velocidad variable, normalmente, de 1 a 3 revoluciones/hora, dependiendo de las condiciones del proceso.
Entre un 90 y un 95 % del flujo de efluente del proceso atraviesa la rueda del rotoconcentrador en su recorrido hacia la chimenea, con el resultado de que los COV se adsorben temporalmente en la zeolita.