Es el fundidor para producciones medias. Partiendo de chocolate fundido a 45º, lo pasamos al templador para que lo atempere a los grados según la cobertura a la que estemos trabajando. Inmediatamente con la entrada de agua fria en constante circulación, logramos crear los cristales para dejar una cobertura con brillo que nos da la máxima calidad y con ello conseguir el orgullo del maestro chocolatero.