Las poleas de distribución tienen dientes o cavidades alrededor del diámetro exterior de la superficie de la polea. Los dientes de distribución encajan en los agujeros de la cinta metálica, mientras que las cavidades de distribución encajan en los salientes de transmisión de la circunferencia interior de la cinta. Tal y como su nombre indica, estos dientes o cavidades se utilizan para una correcta distribución. La transmisión de la potencia, o el movimiento de transmisión de la cinta se siguen realizando a través de las fuerzas de fricción entre la cinta plana y las superficies de la polea.
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Las poleas de tipo I y de tipo II permiten la repetibilidad del ciclo sin ninguna acumulación de paso, también conocida como fluencia de la cinta, dentro de tolerancias muy precisas. La repetibilidad es la capacidad de un solo paso en las sucesivas rotaciones de una cinta para volver a la posición inicial dentro de una tolerancia concreta, normalmente en el rango de 0,002″ (0,051 mm) a 0,005″ (0,127 mm).
En un sistema de transmisión por fricción, la polea se mueve a una velocidad ligeramente inferior que la cinta. Si esto no se controla, la fluencia de la cinta metálica de accionamiento por fricción provocará una pérdida de repetibilidad, lo cual afectará a la precisión de la aplicación. El uso de poleas de distribución de tipo I o II es la mejor manera de conservar la precisión del sistema.