La carburación es un proceso de cementación en caja que introduce carbono en una aleación ferrosa sólida. Esto se logra calentando el metal en una atmósfera carbonosa, a una temperatura superior a la temperatura de transformación y durante un tiempo predeterminado. Tras la carburación, las partes se enfrían para endurecer la capa de cementación de la superficie. El núcleo no sufre cambio alguno.
Es un proceso de endurecimiento de superficies ampliamente utilizado para acero con bajo contenido en carbono. La importancia industrial de la carburación se constata en su cuota de mercado, ya que un tercio de todos los tratamientos térmicos de endurecimiento se lleva a cabo mediante carburación y temple.
Beneficios
La carburación y el enfriamiento producen superficies duras y resistentes al desgaste. Además, gracias a un núcleo más blando, se evitan los fallos debidos a cargas por impacto. A diferencia de los procesos de cementación en caja, este proceso se utiliza generalmente para cajas con mayor profundidad.
Aplicaciones y materiales
Las aplicaciones típicas incluyen engranajes de transmisión y ejes para vehículos, aerogeneradores y componentes para bombas, además de aquellas aplicaciones en las que los componentes deben funcionar durante largos periodos de tiempo y bajo cargas de gran impacto. Es posible carburizar una amplia variedad de aceros. La combinación única de una superficie dura y resistente al desgaste y un núcleo compacto se puede controlar mediante la elección de los elementos de aleación y los parámetros del proceso.