Los hornos tubulares para soldadura V-L pueden generar las presiones más bajas posibles de operación. Esta prestación les permite alcanzar el más alto grado de pureza al operar con atmósferas de gas.
Los hornos V-L consisten en un horno tubular posicionado verticalmente, completamente automatizado, cuyo cuerpo asciende y desciende sobre una retorta de cuarzo que contiene la muestra. La retorta de cuarzo está conectada al horno, de manera que se eleva al mismo tiempo que este, dejando la superficie donde se coloca la muestra libremente accesible. Una vez que la muestra ha sido cargada, el horno y la retorta descienden y son asegurados por un mecanismo de enclavamiento que permite iniciar el tratamiento térmico y alcanzar altos valores de vacío. Al finalizar la fase de calentamiento, el horno puede elevarse independientemente de la retorta quedando esta abajo sobre su base y permitiendo el enfriamiento rápido bajo atmósfera de vacío, aire o gas inerte.
Los hornos para soldadura V-L cuentan con resistencias de CrFeAl y aislamiento de fibra de cerámica. La temperatura es controlada y monitoreada por termopares. La temperatura máxima se ve limitada por la retorta de cuarzo y puede ser de hasta 1050 °C operando bajo vacío. La retorta de cuarzo no tiene aberturas en la parte superior. Su parte inferior es abierta para facilitar la carga de la muestra y cuenta con una junta de polímero que permite fijarla herméticamente a la base. El espacio útil tiene un diámetro de 180 mm y una altura de 300 mm equivalente a un volumen de 2 lts. que puede ser rápidamente evacuado. El uso de la retorta proporciona, además, un espacio de trabajo muy limpio.