El zinc protege de la corrosión a metales más nobles, y en esta función es una parte indispensable de muchas industrias. La deposición galvánica de zinc tiene lugar en electrolitos ácidos o alcalinos. El nivel de brillo de la superficie se puede ajustar mediante la adición de sustancias orgánicas de opacas a brillantes.
A diferencia de otros recubrimientos, el zinc también ofrece protección activa contra la corrosión catódica además del efecto de blindaje. En contraste con el hierro, más noble, el zinc actúa como un ánodo sacrificatorio. Este efecto también protege el material base en caso de daño después del recubrimiento (arañazos o puntos con golpes). Se logran propiedades adicionales mediante procesos posteriores tales como pasivación, sellado y similares. Los sistemas de recubrimiento modulares Collinox se adaptan a los requisitos del cliente.