El níquel es el material más versátil de la tecnología de superficies. Debido a sus diversas propiedades, el níquel es uno de los recubrimientos más importantes y de uso frecuente, ya que es casi universalmente aplicable. Las capas de níquel se caracterizan por una alta resistencia a la corrosión atmosférica, muchos ácidos, agua de mar y soluciones alcalinas. La resistencia química aumenta con la formación de una capa de óxido. El níquel también es valorado por sus ventajas tribológicas, como la resistencia al desgaste y la capacidad de deslizamiento.
Su aspecto blanco plateado con un tono ligeramente amarillento, que se puede ajustar de mate a brillante, es ideal para aplicaciones decorativas.
Dependiendo de los requerimientos, el níquel puede depositarse electroquímicamente o químicamente. Ambos procesos de recubrimiento generan propiedades específicas, que no compiten entre sí, sino que se complementan en términos técnicos y económicos
Níquel brillante
Se prefiere el níquel brillante (acabado de espejo) para superficies decorativas y se utiliza como una capa intermedia para un cromado brillante en el que puede prescindirse del pulido intermedio. Muy a menudo, las capas se utilizan en la industria de sanitarios. Con 650 HV, las capas de níquel son relativamente duras y resistentes.
Sulfamato de níquel
El sulfamato de níquel es un proceso de niquelado puramente técnico en el que, debido a las bajas tensiones internas, se depositan capas de níquel muy dúctiles y fáciles de deformar. Las aplicaciones típicas son los remaches y las piezas de chapa que se ondulan