Los depósitos para el almacenamiento de los jugos de frutas son aptos a contener el zumo y trabajan a presión atmosférica.
Para mantener sus características organolépticas, el jugo se almacena a una temperatura de 8-10 °C, con el auxilio de camisas especiales situadas en la virola del depósito dentro de los cuales circula una solución glicolada a baja temperatura. Asimismo, los depósitos están equipados con un sistema de introducción controlada de nitrógeno.