La prolongación de la vida útil del acero está directamente relacionada con la eliminación de impurezas que pueden ser invisibles a simple vista. Esto también garantiza el espesor de la película de zinc y la categoría de corrosión.
De hecho, la arena sólo se utilizaba para el chorro de arena hace mucho tiempo. Hoy en día, la tecnología es mucho más sofisticada, y no se limita a la arena.
El granallado, o limpieza con chorro abrasivo, es esencialmente un método de preparación de la superficie para el posterior tratamiento superficial que garantiza una adherencia óptima, pero también la categoría de corrosión correcta.
Como proveedor integral de tratamiento de superficies, el granallado y el chorreado son cruciales en el proceso de preparación de DOT. La limpieza mecánica de la superficie de acero es fundamental para los tratamientos superficiales, ya que una superficie bien limpia se adhiere mejor al galvanizado en caliente, a la pintura y a otros tratamientos superficiales de protección contra la corrosión. Una preparación minuciosa siempre merecerá la pena a largo plazo.
DOT ofrece varios tipos de limpieza de metales, granallado y tratamientos superficiales de hierro y acero. El granallado se realiza mediante pequeñas bolas metálicas que se precipitan en el interior de un abrasador de ruedas a través del cual pasa el elemento que se desea limpiar. El granallado puede ser preferible por el tamaño del elemento, una rugosidad más fina o el granallado móvil de recovecos inaccesibles. El granallado puede utilizarse para un artículo porque proporciona la rugosidad deseada para la metalización. A continuación, la superficie se inspecciona visualmente para garantizar la calidad. Por último, la pureza y la rugosidad se comprueban mediante un comparador.
Sin embargo, una superficie perfectamente limpia es un requisito fundamental cuando la vida útil de la superficie acabada depende de una base sólida.
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