Los hornos Burn Off eliminan eficazmente de los metales el recubrimiento en polvo, la pintura, el epoxi, la grasa, el aceite, el caucho y otros materiales orgánicos.
Ahorran tiempo y costes de limpieza.
Prolongan la vida útil de las piezas.
Los hornos de calcinación, también llamados hornos de limpieza por calor, se utilizan ampliamente en la industria de revestimientos, fibras, motores eléctricos y plásticos. Los hornos de calcinación disponen de dos sistemas de calentamiento relativamente independientes, así como de un sistema de control de la temperatura y la niebla tóxica. En el primer sistema de calentamiento, los accesorios se calientan a una temperatura establecida de 250 a 420 grados centígrados sin impacto directo de llama. En este proceso, los revestimientos orgánicos de la superficie de las luminarias se descomponen gradualmente en humo y cenizas. El humo generado por la primera cámara entra en la segunda cámara de combustión y se quema completamente a 600-800 grados centígrados, convirtiéndose en vapor de agua y aire, que son expulsados a la atmósfera por la chimenea de escape
El revestimiento de la superficie de las piezas metálicas se convierte en ceniza después de procesarlas a alta temperatura en un ciclo. La ceniza que queda en la superficie de las piezas metálicas puede limpiarse golpeando ligeramente o con una pistola de agua.
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