Los sensores de la familia IFE con una longitud de hasta 900 mm se utilizan para detectar objetos metálicos de gran tamaño y ofrecen una distancia de conmutación de hasta 180 mm. Los sensores son muy robustos, herméticos según IP 68 y, por tanto, también son adecuados para su uso en exteriores. Los interruptores de proximidad se basan en el probado principio inductivo y conmutan sin contacto cuando un objeto metálico se acerca. Los sensores de la familia sustituyen a varios sensores inductivos conectados en serie. Gracias a su gran superficie de detección, detectan de forma fiable grandes piezas metálicas en movimiento. Los sensores comprueban, por ejemplo, la armadura de las piezas de hormigón fundido durante el control de calidad o informan de la presencia de raíles de ferrocarril para su transporte.
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