La combustión directa se utiliza en los hornos con cámara de combustión u hornos tipo caja. En los hornos diseñados utilizando quemadores fabricados específicamente, no hay unidad de bloque térmico ni chimenea de quemador conectada. Toda la energía producida por el quemador se transmite al horno. De este modo, no hay gases residuales ni calor arrojado a la atmósfera, por lo que se produce un importante ahorro en costes energéticos. Al igual que en los hornos convencionales, estos hornos también disponen de un control preciso de la temperatura y de la circulación del aire.
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