El aire comprimido es una forma de energía muy cara. Esto se debe a la eficiencia: por cada julio de trabajo mecánico que se realiza con una herramienta neumática, la cantidad de energía eléctrica que debe gastarse se multiplica por veinte. Sin embargo, a pesar de este bajo rendimiento, el aire comprimido es prácticamente indispensable en muchas industrias a causa de sus ventajas relacionadas con la producción. Esto hace todavía más importante utilizar este valioso medio tan eficientemente como sea posible.
La medición genera transparencia
Si desea evitar residuos, es necesario medir. A través de la detección precisa del flujo del volumen actual, los componentes de un sistema pueden dimensionarse de una forma particularmente rentable a través de la identificación rápida e inequívoca de las posibles sobrecargas (por ejemplo, cuando las velocidades del aire son demasiado altas) o fallos en la red. La asignación exacta de las proporciones de consumo a las etapas de producción individuales también ofrece posibilidades para tomar decisiones económicas basadas en datos. Asimismo, la medida del flujo de volumen indica la cantidad de are comprimido perdido como resultado de fugas, un importante factor económico,
Pero ¿cómo se miden mejor los flujos de aire comprimido? ¡De forma no invasiva, por supuesto!
El flujómetro de aire comprimido FLUXUS G721 CA es, por lo tanto, la solución ideal. La tecnología ultrasónica, enganchable y no invasiva de FLEXIM es única en el sentido de que puede aplicarse para medir los niveles de flujo de aire comprimido incluso a presiones muy bajas (por debajo de 3 bar en líneas de acero y presión atmosférica en líneas de plástico).