Los hornos de deshidratación tienen una variedad de aplicaciones; sin embargo, se encuentran más comúnmente en la industria de procesamiento de alimentos. El proceso de deshidratación consta de varias fases, y el tiempo, las temperaturas, los flujos de aire y la humedad deben controlarse, ajustarse y mantenerse cuidadosamente para garantizar que el producto se deshidrate correctamente y no se dañe durante el proceso.
La fase inicial consiste en elevar rápidamente la temperatura central, pero a un ritmo controlado. Si el calor se aplica demasiado rápido, la humedad almacenada puede cocer, guisar o endurecer el producto durante esta fase inicial de calentamiento. La segunda fase es la deshidratación rápida, en la que se libera la mayor parte de la humedad. Para maximizar la producción, es fundamental vigilar y controlar los niveles de humedad en toda la cámara de deshidratación. La tercera fase es la de transición, en la que se produce la deshidratación a nivel celular profundo a medida que descienden las temperaturas de enfriamiento evaporativo. Esta es la fase más delicada, en la que el endurecimiento, la cocción e incluso la caramelización del producto son de vital importancia. La fase final de la deshidratación es la fase de horneado, caracterizada por una reducción muy lenta del contenido de humedad del producto. Se trata de la fase más larga y lenta del proceso, en la que el tiempo, la temperatura, la humedad y los flujos del proceso se controlan minuciosamente para no secar en exceso y dañar el producto.
El procesado y deshidratación industrial de alimentos requiere precisión y uniformidad en un sistema de calentamiento de procesos. Epcon no sólo diseña y fabrica el horno de deshidratación perfecto para las necesidades de su producto, sino que también integra controles personalizados para facilitar el funcionamiento y la supervisión durante las distintas fases del proceso de deshidratación.
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