Desde 1963, cuando Eppendorf inventó el tubo de microcentrífuga, los Eppendorf tubes han demostrado ser compañeros fiables para el trabajo diario de un científico. Los Eppendorf PCR tubes son fáciles de abrir y ofrecen un sellado hermético para evitar la evaporación en la PCR. Con un espesor de pared fino y consistente y una superficie de pared lisa, estos tubos también garantizan una transferencia de calor eficiente a la muestra, acelerando su PCR.
Los Eppendorf PCR tubes se fabrican de acuerdo con los estándares de calidad más altos de Eppendorf. Su diseño sencillo garantiza un cierre hermético para evitar la contaminación y la evaporación, a la vez que facilita su apertura y cierre con una sola mano. Las finas paredes de polipropileno de los tubos garantizan una transferencia de calor eficiente y homogénea para obtener resultados de PCR rápidos y de alta calidad.
Si utiliza un Eppendorf PCR tube, puede estar seguro de sus resultados gracias al grado de pureza "PCR clean". Este grado de pureza significa que los tubos están certificados de estar libres de una serie de contaminantes comunes de la PCR, incluidos ADN, DNAsas, RNAsas e inhibidores de la PCR. El grado de pureza "PCR clean" está asegurado por su envase de dos capas que consiste en bolsas resellables dentro de una caja de cartón exterior.Unos tubos de Forensic DNA grade también están disponibles, los cuales cumplen los requisitos de la norma ISO 18385.
En Eppendorf, nos sentimos muy orgullosos del papel que nuestra empresa ha desempeñado en el desarrollo de los consumibles de laboratorio, en particular la invención del tubo de microcentrífuga ‘Eppi’ original hace más de 50 años.