El elemento magnético, que consiste en un grupo de tubos magnéticos, está dispuesto de tal manera que el flujo de material que entra en el cuerpo incide en los tubos y se filtra a través del campo magnético, cubriendo completamente el área abierta. Esta disposición aprovecha el cambio de dirección del material y la diferencia de inercia entre el hierro no deseado y el material que lo transporta. El circuito magnético está diseñado para que el hierro atrapado tenga una tendencia a trabajar alrededor y adherirse al lado aguas abajo de los tubos. Esta acción evita que las partículas de hierro sean lavadas por el flujo continuo de material.
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