Nuestro DT consta de seis etapas (que pueden variar en función de la capacidad o las necesidades de la planta) con dos etapas superiores de desolventización y etapas posteriores de tostado sin sobrecalentamiento para obtener una harina de color claro sin disolventes y con un alto contenido en proteínas. La harina que sale del extractor contiene entre un 30% y un 35% de disolventes en peso. Por lo tanto, la harina está muy cargada de disolvente y el objetivo del proceso de desolventización es eliminar el disolvente. El objetivo también es tostar la harina para controlar los factores antinutricionales y reducir la humedad y la temperatura de la harina a niveles adecuados para el almacenamiento y el transporte. El vapor vivo se condensa y el calor latente se utiliza para suministrar la mayor parte del calor necesario para evaporar el disolvente de la harina. Al mismo tiempo, se aumenta la humedad de la harina para facilitar el tostado. Se hace pasar aire a través de un lecho fluidizado de harina y, de este modo, se consigue secar y enfriar la harina. Antes de pasar a la destilación para recuperar el calor, los vapores de disolvente y agua que salen del proceso de desolventización pasan por un lavador para eliminar las partículas de harina.
En nuestro DT, el vapor suministrado dentro de las cámaras de DT se controla mediante una válvula de control automático. De este modo, se reducen las posibilidades de sobrecalentamiento y calentamiento incompleto de la harina. En cada etapa, la altura del lecho se controla mediante una construcción de acero al carbono estanca al vapor con numerosas etapas y un mecanismo de accionamiento inferior con flotador mecánico y sistema de puerta.
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