Muchos procesos productivos necesitan condiciones de extrema limpieza del aire, como por ejemplo en el envasado de productos alimentarios como: carne, embutidos, quesos, platos preparados, etc.
Para satisfacer esta exigencia, se han desarrollado instalaciones para la realización de ambientes de contaminación controlada, las denominadas “cámaras blancas” o “clean rooms”, en las que se controla la concentración de las partículas aerotransportadas.
Por lo que estas cámaras se realizan de manera tal que reducen al mínimo la introducción, la generación y la retención de partículas contaminantes en su interior, que podrían reducir la calidad y la vida de los productos.
Las cámaras blancas se pueden realizar de diferentes clases: 100, 1.000, 10.000 y 100.000, y a cada una de estas clases le corresponde un límite máximo de contaminación del aire.
Sistema de ventilación:
El funcionamiento de la cámara blanca se basa en el principio de recirculación forzada de aire súper filtrado en una habitación sigilada.
La instalación está constituida por una unidad de tratamiento del aire provista por algunas secciones de filtrado y por ventiladores que operan a baja velocidad y por una serie de canalizaciones para la distribución y la recogida del aire.