El granallado está destinado a sacar a la luz, mediante la proyección de un disparo de metal o un abrasivo mineral, el sustrato de acero, hierro fundido o aluminio.
Esta operación está definida por la norma ISO 8504/2/2000, que clasifica el sustrato tratado en 3 niveles de calidad: DSa 2, DSa 2,5 o DSa 3, según el tipo de recubrimiento aplicado posteriormente y las garantías formuladas.
Este servicio es esencial para la correcta ejecución de la metalización. Puede ser eficaz y, en algunos casos, utilizarse para realizar trabajos de pelado en piezas pintadas o de fundición.
Nuestros puntos fuertes
Ergonomía bajo control, garantizando una calidad óptima.
Equipos de manipulación adaptados a cargas pesadas.
Plazos muy cortos