La industria del petróleo y el gas ha de hacer frente permanentemente a nuevos desafíos. Por un lado, la demanda mundial de energía crece ininterrumpidamente debido, en particular, a las economías en desarrollo. Por otro lado, la explotación y desarrollo de las reservas de petróleo y gas se ha convertido en una actividad más complicada y arriesgada. Y también más costosa. Además, recursos energéticos como el gas no convencional, el petróleo de esquistos o las arenas bituminosas han saltado a un primer plano.