El moldeo en arena es un proceso metalúrgico ampliamente utilizado en fundición ya que casi todos los metales pueden ser trabajados por este método. Su principal característica es el uso de moldes de arena para dar forma a piezas complejas de casi cualquier aleación. Normalmente, el moldeo en arena tiene una tasa de producción baja ya que el molde debe ser destruido para extraer la pieza, además el acabado superficial normalmente es relativamente áspero con lo que es necesario un proceso de acabado final.
Básicamente, un molde es fabricado por el moldeo de un material refractario el cual forma una cavidad con la forma deseada donde el material fundido será vertido. Es necesario que la cavidad del molde mantenga su forma hasta que el metal se haya solidificado.
El proceso comienza con un modelo el cual es una réplica de la pieza deseada, excepto por el hecho de que es ligeramente más grande para permitir la contracción del metal durante la solidificación y enfriamiento. A continuación, se coloca una caja de moldeo y se llena con arena. Después, se aplica presión a la arena para compactar firmemente contra la cara del modelo. Al compactarse la arena, ésta mantiene y muestra la forma exacta del modelo después de que se extraiga del molde. El siguiente paso es colocar los núcleos o machos si los hubiere en la mitad inferior del molde, después la sección o mitad superior del molde se fija en su lugar y entonces el molde se encuentra ya cerrado y listo para verter el material fundido. Cuando la pieza se ha solidificado, se retira la arena y se devuelve para su reacondicionamiento para un uso posterior.