El moldeo a la cera perdida, también llamado fundición de precisión, es una de las técnicas metalúrgicas más antiguas y aunque su historia se remonta a miles de años, se empezó a usar como proceso industrial en el Siglo XIX.
El metal fundido se vierte en un molde cerámico desechable. El molde se fabrica con un modelo de cera (pieza desechable exactamente igual a la pieza deseada).
El modelo es recubierto por una suspensión cerámica o lechada la cual se endurece, después, el modelo de cera se funde y se drena resultando un molde que fabricará una copia exacta del modelo. La fabricación de piezas por este método es de un solo uso, es decir, cada modelo y molde crea una pieza, lo que aumenta el tiempo de producción frente a otros procesos de fundición. Sin embargo, es altamente eficiente para piezas con geometrías complejas y detalles intrincados.