En muchos ámbitos de aplicación, las concentraciones de oxígeno deben controlarse de forma constante. Si las duras condiciones ambientales, como temperaturas variables, presión alta o baja o aire seco o húmedo, requieren un transmisor especialmente duradero, el ZD21 es una buena elección. El sensor funciona con una célula de bombeo de oxígeno de dióxido de circonio. Este principio de medición permite una medición estable a largo plazo del O2 en condiciones difíciles y con tiempos de respuesta cortos.
El ZD21 se caracteriza por su alta selectividad y estabilidad a largo plazo. Pueden equiparse con sensores de oxígeno para diferentes rangos de medición. Éstos van desde concentraciones muy bajas (0 a 1000 pm) hasta concentraciones altas (0 a 96 vol %).El sensor también puede instalarse a distancia, con una longitud máxima de cable de dos metros entre el transmisor y el sensor externo.
Robusto y duradero
La carcasa del transmisor es de aluminio. Está protegida contra la entrada de polvo y agua (IP54). Los sensores de O2 tienen una vida útil de aproximadamente cinco años y no son sensibles al CO2. Las temperaturas entre -30 y +50 °C, la humedad muy baja o muy alta y la presión extrema no afectan a la precisión de la medición de oxígeno.
Comunicación y servicio
Los cambios en la concentración de O2 se detectan en muy poco tiempo (t90 > 2 s). El ZD21 utiliza una señal analógica (0,2-1 mA o 4-20 mA) para comunicarse con el controlador. Los gases de prueba para las pruebas de funcionamiento pueden insertarse a través de un adaptador de calibración opcional. Un solo técnico puede realizar el ajuste in situ.
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