Los agitadores normales están fabricados con componentes de acero y aluminio, resultando a menudo demasiado grandes para el limitado espacio de un laboratorio. Los HI 190 son compactos y ligeros e incorporan controles electrónicos que permiten al usuario regular la velocidad con una mayor precisión. Además del control de velocidad, un mecanismo interno asegura que nunca se exceda la velocidad máxima. A menudo en el laboratorio se retira la muestra del agitador antes de reducirla velocidad; esto hace que el motor se acelere hasta destruirse. Los agitadores Hanna incorporan un dispositivo VCO que hace que el motor deje de acelerar tan pronto como se haya quitado la carga. HI 190 tiene una cubierta de plástico que resistirá los efectos dañinos de los productos químicos.