Las microplacas se utilizan cada vez más en áreas como la química clínica y la investigación farmacéutica. Sin embargo, las microplacas de plástico no son adecuadas para todos los usos. Si se requiere resistencia química, transmisión UV, observación microscópica o estabilidad térmica, es mejor utilizar microplacas de cuarzo. Estos pueden ser suministrados con las mismas dimensiones básicas que las placas de plástico.
La parte superior de la microplaca se fija directamente a la base de cuarzo sintético mediante el proceso de fusión directa. El resultado de este proceso de unión, que no utiliza pegamento ni vidrio sinterizado, es una uniformidad de la base del pozo, que es menor que la longitud de onda de la luz. La junta tiene la misma alta resistencia contra temperaturas extremas y productos químicos agresivos que el cuerpo principal del propio cuarzo. Además, esto garantiza que cada pozo sea completamente líquido.
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