En un precipitador electrostático, las partículas se ionizan, es decir, se cargan electrostáticamente, y luego se separan bajo la influencia de un campo eléctrico. El precipitador electrostático, que consta de dos o tres campos eléctricos, suele colocarse directamente a continuación de la caldera.
Alta eficacia de separación de sólidos y polvo
Separación constante incluso cuando hay cambios o fluctuaciones en la carga
Bajos costes de funcionamiento y mantenimiento
Larga vida útil y alta disponibilidad
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