La elección del modelo correcto de colector de polvo es esencial para cualquier sistema cerrado de granallado. La eliminación de las partículas suspendidas en el aire del entorno de una cámara de granallado es esencial para mantener un funcionamiento eficaz. Ahorrar costes en este punto sólo conducirá a una reducción de la eficiencia, a un fallo prematuro del sistema y a un aumento de los costes de funcionamiento.
Los factores que hay que tener en cuenta al elegir un colector de polvo son:
La velocidad correcta del aire a través de la sala de chorreado evita el asentamiento de partículas en suspensión en la zona de trabajo.
La dirección en la que el aire fluye a través de la sala de granallado es fundamental para el proceso. Unas entradas de aire y unos conductos de extracción del tamaño y la posición correctos garantizan una ventilación de primera clase.
El área de filtración es la superficie del material filtrante dentro del colector de polvo. Es esencial que la relación entre el área de filtración y el volumen de aire sea correcta para evitar fallos prematuros del sistema de extracción.
Los colectores de polvo de impulso inverso utilizan cartuchos filtrantes que se limpian mientras el colector está en funcionamiento, lo que garantiza el mantenimiento de la eficacia del colector. Un breve impulso de aire hace que el polvo acumulado en los cartuchos caiga en los recipientes de recogida situados debajo a intervalos predeterminados, manteniendo los cartuchos limpios mientras el colector está en funcionamiento. Los colectores de polvo de pulso inverso pueden utilizarse con filtros de alta especificación en aplicaciones de polvo peligroso y pueden funcionar junto con filtros secundarios o HEPA para aumentar la eficacia.
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