Los láseres de fibra han hecho grandes avances en los últimos 2 años. Si bien no han obtenido una aceptación generalizada como herramienta industrial, son prometedoras para algunas aplicaciones nuevas. Su uso principal actual es en aplicaciones de bajo consumo. Con una huella más pequeña que otros tipos de láser, también son muy modulares. Debido a que la cavidad del láser es una fibra multimodo convencional, la entrega de fibra de diámetro pequeño es inherente al sistema, y no se producen pérdidas de acoplamiento aire-fibra. Y, con una longitud de onda de emisión de 1.07 μm, hay una pérdida relativamente baja en la fibra. La fibra está típicamente hecha de sílice fundida, dopada con Ytterbium (Yb), bombeada por pilas de láser de diodos, y cubierta por rejillas de fibra Bragg. Con múltiples capas de láseres de diodo con cola de cerdo y un solo emisor, el láser es escalable más allá de los 10 kilovatios. La principal desventaja del láser de fibra es el alto costo de las numerosas pilas de diodos (ya que actualmente los emisores individuales sólo pueden alcanzar unos 4 vatios de potencia) y los problemas de fiabilidad relacionados. La clave para superar la vida útil incierta de los diodos es la redundancia, que enmascara el fallo de la pila de diodos, aunque esto aumenta aún más el coste y la complejidad de estos sistemas láser.
Los láseres de fibra ofrecen el rango de longitud de onda preferido para el procesamiento de metales debido a la alta absorción de material. La fibra 300-μm también proporciona un perfil de viga muy recto, que es bueno para soldaduras y mayor profundidad de enfoque. Un beneficio principal de los láseres de fibra es su entrega a través de fibra delgada, la cual puede ser manipulada usando robots de bajo costo.
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