La gama LCI permite un tiempo de trabajo diario entre 8 h/día para las capacidades más pequeñas hasta 24 h/día para las capacidades más altas. Los equipos LCI tienen dos etapas que incluyen una cámara de combustión primaria, con una construcción de tierra caliente, que asegura la destrucción total de los residuos. Un sistema integrado de postcombustión completa el proceso, para garantizar la máxima turbulencia de los gases, y encender los gases que quedaron sin quemar durante la primera combustión. Estos gases se mantienen durante un mínimo de 2 segundos a temperaturas de entre 900°C y 1200°C, asegurando así la incineración completa de sus componentes (oxidación).
CARGA DE RESIDUOS SÓLIDOS
os incineradores de la serie LCI están diseñados para la carga manual o automática con asistencia hidráulica (LCI50 y superiores). La carga de todo tipo de residuos se realiza a través de un acceso frontal, lo que reduce la pérdida de calor durante la carga.
CARGA DE RESIDUOS LÍQUIDOS
La opción de carga automática mediante inyectores con asistencia neumática, de residuos líquidos, fangosos o pastosos, permite cargar los residuos con seguridad. Uno o varios inyectores se dirigen hacia el centro de la cámara de combustión.
DESENCLAVAMIENTO MANUAL
La eliminación de las cenizas puede ser manual o automática (opcional). En el modo manual, se trata de vaciar el depósito o el cubo previsto para ello, utilizando una carretilla elevadora. Esta operación puede realizarse de forma totalmente automática.
DESENGRASE AUTOMÁTICO
La descarga situada bajo el incinerador se separa de la cámara de combustión mediante una compuerta de retirada de cenizas controlada hidráulicamente.
La operación de extracción de cenizas es programable y puede realizarse antes del inicio de un nuevo ciclo, o al final del mismo.
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