Los suelos muestran distintas resistencias a la corriente eléctrica relacionadas con la posición geográfica en la que se encuentran y los minerales de su composición. Especialmente, en las zonas rocosas donde la capa de suelo es fina y en las zonas donde la arena es gruesa, la impedancia del suelo es alta y, en relación con esto, la permeabilidad es baja.
El objetivo del sistema de puesta a tierra es conducir la corriente eléctrica al suelo lo antes posible. Para los sistemas de puesta a tierra con alta resistencia de conducción a la tierra, el rebote hecho por la carga eléctrica no descargada hace un gran daño para la seguridad de la vida primero y luego la seguridad de la propiedad. Para ello, especialmente la puesta a tierra de los protectores de establecimientos y sobretensiones (parafoudre) y la resistencia de puesta a tierra de los sistemas de comunicación deben ser inferiores a 1 Ohm de acuerdo con la normativa.
En las zonas donde la resistencia de puesta a tierra es alta, el único método para aumentar la conductividad es utilizar compuestos químicos. Las corporaciones internacionales aconsejan utilizar compuestos químicos que disminuyan la resistencia a la permeabilidad del suelo en este tipo de terrenos. Pero, cuando este tipo de compuestos químicos se mezclan con el suelo, deben tener las especialidades de no cambiar la estructura natural del suelo, no contaminar las fuentes de agua subterráneas y superficiales y no estropear brevemente el equilibrio ecológico de la naturaleza.
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