En las aplicaciones de generación de energía, las regulaciones que rigen la conexión a la red de la compañía eléctrica se establecen en las normas CEI 0-21 y CEI 0-16. En particular, estas normas exigen que se instale un sistema de protección de interfaz (IP) para supervisar el estado de la red, de modo que el sistema de generación pueda conectarse a ella.
Estas normas también especifican que los componentes alimentados del sistema (incluyendo el relé de protección de la interfaz, la bobina del contactor y la bobina del seccionador de reserva, si existe) se mantengan alimentados durante al menos 5 segundos cuando falla la alimentación principal.
Este requisito suele satisfacerse instalando un SAI en las líneas auxiliares a las que se conecta el IP.
Sin embargo, no sirve cualquier SAI: es fundamental que sea capaz de eliminar cualquier microinterrupción al pasar de la alimentación de red a la de batería, ya que, de lo contrario, el contactor se abriría e incumpliría los requisitos de las normas.
Por lo tanto, el SAI debe ser con tiempo de transferencia cero (doble conversión en línea - Tensión y Frecuencia Independiente VFI).
Este tipo de SAI suele tener un coste muy elevado en relación al coste total de la instalación.