El reto de este proyecto era fabricar una pinza compacta que se adaptara correctamente al entorno del cliente
En efecto, la pinza debía hacer frente a la posibilidad de colocar artículos en una caja a una profundidad superior a 300 mm.
Un grosor de 100 mm en el molde nos llevó a trabajar con una junta desplazada que permitía encajar la extensión de la pinza dentro de su grosor.
El ingenio de nuestros jefes de proyecto permitió superar este importante reto.
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