El durómetro permite comprobar rápidamente la dureza de los componentes incluso cuando están instalados. El durómetro impresiona por su amplio rango de medición, su fácil manejo, su diseño robusto y su resistencia a temperaturas de hasta -20 °C. Además de la dureza en Rockwell, Brinell y Vickers, el durómetro también puede utilizarse para determinar la resistencia a la tracción de aceros de hasta 1740 MPa. El durómetro dispone de una sonda de ensayo manual con una fuerza de ensayo de 50 N de serie, con esta sonda es posible medir desde todas las direcciones en el espacio sin factor de corrección.
Otra ventaja del durómetro es su función NDT. En la punta de la sonda hay un diamante Vickers que se excita en la gama de frecuencias ultrasónicas. Si el diamante toca la superficie de la pieza de ensayo durante la prueba de dureza, la vibración se amortigua. El cambio de frecuencia resultante está directamente relacionado con la dureza de la superficie de la pieza de ensayo. Debido a las bajas fuerzas de ensayo, las profundidades de penetración del diamante son muy pequeñas, por lo que sólo queda una impresión casi invisible.
Por lo tanto, el durómetro se utiliza para comprobar pequeños componentes de paredes finas, para probetas de ensayo endurecidas superficialmente o para componentes nitrurados. El durómetro también ha demostrado su eficacia en la medición de cordones de soldadura y en la inspección de componentes con geometrías complejas.
Además del método de medición UCI, el durómetro también puede equiparse con un durómetro de rebote. De este modo, el durómetro puede convertirse en un durómetro Leeb.
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