Bajo ciertas condiciones ambientales no siempre puede garantizarse durante mucho tiempo la fiabilidad de los sensores estándar. Por ejemplo, si un sensor de proximidad estándar está expuesto a chorros de agua a alta presión en un sistema de lavado de coches, puede entrar agua en el interior del sensor generándose una causa potencial de fallo. Por ello, Pepperl+Fuchs ha tomado medidas para reducir los efectos de entornos de alta presión y asegurar la desaparición de problemas en este tipo de aplicaciones.
Entre las medidas tomadas en nuestros sensores de proximidad son una construcción más comprimida entre las partes mecánicas del sensor, la limpieza con plasma de todas las superficies que deben pegarse para el encapsulado de todos los componentes y un pre-sellado del sistema de bobinas. De esta forma se pueden cumplir los objetivos, que están claramente por encima de los requerimientos del tipo de protección IP67/ IP68.