Los detectores de movimiento son interruptores electrónicos accionados por un sensor de rayos infrarrojos pasivos sensible a las radiaciones de calor que emiten las personas en movimiento. El detector de movimiento activa los servicios conectados (p. ej. el encendido de una lámpara) cuando detecta movimiento en el área de cobertura, la desactivación se efectúa con un retardo de tiempo regulable por el usuario.
Un sensor crepuscular regulable impide el encendido de la iluminación en función de la luminosidad ambiental. Estos detectores son muy útiles para el encendido de luces en locales que sólo se utilizan durante periodos breves de tiempo: garajes, entradas de vehículos y viviendas, vestíbulos de entrada, escaleras, pasillos, baños, etc.