La biofiltración es una tecnología dentro del campo de la desodorización con un amplio abanico de aplicaciones. Dadas las características de algunas emisiones de olor, ocasionadas por una mezcla de compuestos, es adecuado el uso de una tecnología basada en la degradación biológica, cuando las concentraciones son bajas.
La composición del biofiltro se elige en función de las características del gas a tratar. La corriente de aire contaminado se hace pasar a través del lecho filtrante, donde microorganismos especializados convierten los contaminantes en CO2, H2O y biomasa.
La concentración máxima admisible en el biofiltro viene determinada por la biotoxicidad del contaminante. En el caso de compuestos como los alcoholes, las concentraciones pueden ser más altas que para compuestos más tóxicos, como por ejemplo los compuestos aromáticos halogenados. La concentración mínima es aquella que garantiza que los componentes se difunden en el lecho y puede llevarse a cabo la transferencia de materia. Sin dicha concentración mínima, la subsistencia de las colonias de microorganismos no es posible
Buen rendimiento en la eliminación y destrucción de contaminantes
Coste de instalación moderado
Costes operativos normalmente bajos
No precisa mantenimiento específico ni uso de productos químicos
Adecuado para grandes caudales
Tecnología contrastada