Las características de la fuerte oxidación del ozono, sin subproductos tóxicos residuales, se aprovecharían para la esterilización y desinfección antes del llenado o el suministro de agua en el tratamiento de aguas pequeñas y medianas. Cuando la concentración alcanza un determinado umbral, puede matar eficazmente las bacterias y los virus en un instante. El ozono se disuelve en el agua y forma agua ozonizada, mejorando la calidad y el sabor del agua.
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