Gracias a la tecnología de trenzado por inmersión en estaño, estos cables son un compromiso entre rendimiento y flexibilidad. Permiten un encaminamiento fácil durante la instalación (sin efecto de recuperación elástica) y múltiples reposiciones in situ. Al mantener un alto nivel de rendimiento (baja pérdida y alta eficacia de apantallamiento), son una buena alternativa rentable a los cables semirrígidos.
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