Las juntas en C de cara metálica ayudan a superar los retos de sellado por pulsación de calor y presión. La clave del rendimiento superior de la junta es la característica de alta recuperación elástica debida a la construcción en forma de C. Estas juntas de gran elasticidad pueden utilizarse para presiones internas, externas y axiales en condiciones extremas que impiden el uso de juntas fabricadas con materiales orgánicos.
Cuando se exigen índices de fugas muy bajos, las juntas en C se chapan o recubren para proporcionar una superficie relativamente blanda, que luego fluye hacia las pequeñas imperfecciones de las bridas en el momento de la instalación.
Las aplicaciones típicas incluyen intercambiadores de calor en petróleo y gas, equipos láser, crioenfriadores, juntas de barriles en residuos nucleares, juntas de culata, moldeo por inyección y sistemas de combustible y aire para aviación.
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