Sistemas avanzados de oxidación para la desinfección de microorganismos y la oxidación de moléculas orgánicas en agua potable e industrial, mediante ozono y lámparas UV.
Los sistemas de ozono se aplican como sistemas de oxidación avanzada para purificar el agua contaminada por moléculas orgánicas. El ozono es un gas disuelto que, inyectado en el agua, aumenta la biodegradabilidad de las moléculas orgánicas, rompiéndolas en moléculas más pequeñas que pueden descomponerse más fácilmente. El ozono permite la reducción de contaminantes orgánicos e inorgánicos, la decoloración, la eliminación de olores desagradables y la desinfección de microorganismos.
Los sistemas de ozono se utilizan para tratar aguas primarias o pretratadas en sistemas químico-físicos y biológicos o evaporadores de vacío.
Otra aplicación es el tratamiento de aguas residuales que contienen cianuros para su degradación química.
Las lámparas UV son sistemas de desinfección del agua que se utilizan normalmente para esterilizar el agua potable o en circuitos cerrados para evitar la proliferación bacteriana. El efecto fotoquímico derivado de la exposición a la luz UV-C provoca la rotura de los enlaces de la cadena de ADN, impidiendo que los microorganismos se reproduzcan y llevándolos a terminar su ciclo vital sin crear generaciones siguientes.
Los sistemas de ozono requieren un gas portador vital para la producción de ozono. Este gas portador puede ser oxígeno puro o aire. Un sistema típico consta de: un generador, un cuadro eléctrico de control, un sistema de refrigeración por agua o aire, un circuito de contacto donde se mezcla el gas (por difusión o inyección) con el agua a tratar y un sistema de reducción del ozono residual.
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