El metal poroso se utiliza para
la microfiltración y ultrafiltración de fluidos líquidos o gaseosos (velas, discos, etc.)
la separación de fluidos
el control del caudal y la caída de presión (silenciador, protección)
antihumedad (secado de fluidos y lucha contra la corrosión)
la fluidificación y aireación (pulverulentos)
antirretroceso de llama
Se utiliza con frecuencia en la industria química (depuración, fluidificación, secado, etc.), alimentaria (gasificación, ultrafiltración, etc.), aparatos y maquinaria (gas), etc.
La estructura y los materiales utilizados garantizan una buena resistencia a las altas temperaturas, a la presión y a las agresiones químicas (acero inoxidable).
Estos filtros tienen una larga vida útil y pueden reutilizarse tras un lavado a contracorriente.
Los filtros se fabrican con tecnología de polvo. Con diferentes granulometrías, de acero inoxidable o bronce, se compactan más o menos en un molde en función de la porosidad requerida. Las partículas se sueldan entre ellos mediante sinterización, un procedimiento en el que la temperatura y la presión se elevan durante un periodo determinado en una atmósfera controlada.
El producto resultante es extremadamente rígido y fácil de trabajar (corte, soldadura, mecanizado, etc.), sin ningún soporte adicional, como la chapa perforada, por ejemplo.
Se necesitan diferentes datos para establecer las características de su producto y determinar el precio:
Material,
Acero inoxidable Aisi 316 L (estándar), 304L
Monel o Inconel
Superaleación tipo Hastelloy
Bronce
Superficie de filtración
Dimensiones del producto acabado