Para las aplicaciones electrónicas que requieren protección contra explosiones, es esencial que la energía eléctrica se restrinja de alguna manera, por ejemplo, utilizando transductores, medidores de nivel o caudalímetros con electrónica integrada. Esto significa dejar que fluyan corrientes relativamente pequeñas a través del sistema. Aquí es donde entran en juego los fusibles SIBA, ya que están diseñados específicamente para corrientes nominales bajas, de entre 32 y 100 mA.
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