Estas bolas pueden ser de óxido de aluminio, óxido de circonio o nitruro de silicio y tienen varias ventajas con respecto a sus equivalentes de aluminio. Tienen un 40% menos de densidad que el acero, una expansión térmica un 29% menor (por eso mantienen mejor la forma ante cambios de temperatura) y son un 150% más duras.
Beneficios
Ligeras, duras y resistentes, con menor masa, estas bolas son particularmente adecuadas en ambientes que exigen aplicaciones de rodamientos con mucho trabajo y a gran velocidad, por ejemplo en ejes de maquinaria y bombas de vacío. Gracias a su dureza se reduce la fricción que se produce y por lo tanto se convierte más energía en trabajo, por lo que son más eficientes; en algunos usos de alta velocidad las bolas cerámicas pueden durar hasta 100 veces más que el acero. También son inertes (químicamente inactivas) ante la mayoría de las sustancias, por lo que ofrecen una resistencia ante la corrosión excelente.
Usos
Se utilizan en las industrias del automóvil y aeronáutica (su durabilidad y ligereza las hace perfectas para su uso, por ejemplo, en los conjuntos de freno de los aviones) y a menudo se pueden encontrar en la mayoría de los artículos que antes utilizaban bolas de metal tradicionales, como botes de pintura en aerosol, todo tipo de juntas y guías (como los asientos de los coches y las sujeciones de seguridad) así como en ruedecillas, unidades de transferencia, acoplamientos de suelta rápida y muchos tipos de sujeciones.