Purificador de aire de pie AirgoClean 15 E

con filtro HEPA

La pureza del aire que se respira es un componente elemental para una vida saludable. Una persona adulta respira diariamente más de 15.000 litros de aire, y los niños incluso el doble. Sin embargo, el aire no siempre es el mismo. Las sustancias nocivas y los alérgenos presentes en el ambiente afectan a nuestro bienestar tanto como el aire demasiado seco o húmedo. Un aire ambiental no saludable reduce nuestro rendimiento y, en el peor de los casos, puede llegar a ocasionar enfermedades. Lo que los adultos a menudo achacamos al sopor veraniego y en los niños se identifica como falta de concentración, a menudo tiene mucho que ver con la presencia de sustancias nocivas en el aire ambiental. La contaminación del aire exterior contribuye a empeorar la calidad del aire en espacios interiores En las ciudades con mucho tráfico la contaminación atmosférica no se detiene ante la puerta de casa. Las concentraciones elevadas de NO2 debido al tráfico entran con las corrientes en los espacios interiores y también aquí ocasionan perjuicios a nuestra salud y limitan nuestro rendimiento y capacidad. A esto se suman, en función de la época del año, el polen, las bacterias y los habituales de las casas, como los ácaros del polvo doméstico o los pelos de animales. También las esporas de moho se distribuyen de forma descontrolada por el espacio si hay demasiada humedad, y contribuyen a la irritación de las vías respiratorias. En definitiva, se crea cualquier cosa menos unas condiciones óptimas para disfrutar del valioso tiempo libre en familia.