Dado que el cromado duro corre el riesgo de ser prohibido definitivamente por la normativa a partir de abril de 2024, Verbrugge optó por desarrollar recubrimientos de níquel químico hace 20 años.
Entre los pocos sustitutos del cromado, el niquelado químico destaca como una solución versátil que ofrece una dureza y una resistencia al desgaste similares a las del cromo, al tiempo que ofrece una resistencia a la corrosión muy superior.
Es probable que los recubrimientos de níquel con inclusiones de partículas superen las prestaciones del cromado duro en un futuro próximo.
Gran dureza
El niquelado químico puede alcanzar durezas de 850 a 1.000 Vickers (Hv 0,1). Esta dureza es comparable a la del cromado, que suele utilizarse por su resistencia al desgaste.
Resistencia al desgaste y a la abrasión
El niquelado químico es un revestimiento a veces más resistente a todas las formas de desgaste que el cromado: adhesivo, abrasivo, corrosivo, fatiga, desgaste eléctrico y erosión por cavitación. Por tanto, las piezas niqueladas son capaces de soportar una amplia gama de tensiones, incluso en los entornos corrosivos más exigentes.
Una alternativa no tóxica
A diferencia del cromado tradicional, el niquelado químico no utiliza sustancias cancerígenas como el cromo hexavalente (Cr6+). Esto lo convierte en una alternativa más respetuosa con el medio ambiente y más saludable. Por tanto, puede beneficiarse de un rendimiento excepcional sin comprometer su compromiso con el desarrollo sostenible.
Versatilidad y regularidad
El niquelado químico puede adherirse a una gama de materiales más amplia que el cromado: aceros y fundiciones, por supuesto, pero también aleaciones de aluminio y cobre.
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