Los generadores infrarrojos cortos se componen de una o más lámparas de cuarzo montadas dentro de un reflector. La temperatura superficial del filamento de las lámparas puede alcanzar los 2000°C.
Estos generadores se utilizan en las industrias textil, papel, cartón, plástico y empaquetado de alimentos y en cualquier otra aplicación que requiera una inercia casi nula (<1 segundo) o una gran densidad de potencia.
Disponibles en forma rectilínea o en cassette que comprende varias lámparas, los generadores de infrarrojos cortos son compactos, livianos y requieren un mantenimiento mínimo y directo.