En los diseños tradicionales de separadores, el motor y el eje de la centrífuga son unidades discretas que deben conectarse para transferir la energía del motor al eje. Tradicionalmente, esta conexión es indirecta, en el sentido de que un mecanismo intermedio realiza la conexión. En un enfoque común, un sistema de engranajes traduce el movimiento del rotor al eje. Otro enfoque utiliza una correa de transmisión para transmitir la energía. Aunque tanto los sistemas de engranajes como los de correas son muy fiables, el hecho de tener tantas piezas móviles contribuye a la pérdida de energía durante la transmisión.
Los sistemas de accionamiento directo logran la transmisión con menos piezas, ya que el eje del motor se convierte en el eje de la centrífuga. El motor se monta directamente debajo del recipiente y su eje único se extiende directamente dentro del recipiente. El accionamiento de la centrífuga directamente desde el motor minimiza la pérdida de energía en el proceso, permite diseños más compactos y reduce el mantenimiento que podrían requerir los sistemas accionados por engranajes o correas.
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